Un testimonio único del pasado ecuatoriano salió a la luz gracias a un fotograma en color de 16mm filmado por el cineasta ambateño Cristóbal Cobo Arias en agosto de 1949, durante el devastador terremoto que azotó a Tungurahua y Chimborazo. La imagen, compartida por su nieto Ricky Cobo, muestra el instante exacto en que fue descubierta la Momia de Guano, la única momia natural hallada en Ecuador.
En la escena se observa a trabajadores locales retirando cuidadosamente los restos humanos envueltos en vendajes y con una pañoleta roja cubriendo el rostro. El hallazgo ocurrió entre los escombros de la Iglesia de la Asunción, destruida por el sismo del 5 de agosto de 1949 que dejó más de 6.000 víctimas en Ambato, Pelileo y Guano.

La momia, custodiada hoy en el Museo de Guano, ha sido objeto de múltiples estudios nacionales e internacionales. Durante años se creyó que pertenecía a un fraile franciscano del siglo XVI, pero análisis más recientes, liderados en 2019 por el forense francés Philippe Charlier, revelaron que el cuerpo correspondería a un mestizo de la Colonia tardía (1735-1802), que murió por una infección bucal grave. Además, se confirmaron signos de artritis reumatoide, una de las primeras evidencias de esta enfermedad en América.
Más allá de la ciencia, la momia de Guano es un símbolo cultural que conecta las tradiciones católicas coloniales con las prácticas andinas. El pañuelo rojo sobre su mandíbula, por ejemplo, ha sido interpretado como un ritual para impedir la fuga del alma, una muestra de sincretismo religioso en los Andes.
Las imágenes en color de Cobo Arias constituyen un registro histórico excepcional. Su nieto Ricky asegura que incluso el doctor Charlier quedó sorprendido al ver el material restaurado: “Esto es historia en movimiento”, le dijo el experto francés.
El legado de Cristóbal Cobo —pionero del cine ecuatoriano y fundador de la productora Equinoccial— trasciende así como un archivo vivo que documenta tanto la tragedia del terremoto como uno de los hallazgos arqueológicos más enigmáticos del país.
Hoy, por apenas 50 centavos, visitantes pueden acercarse al Museo de Guano para contemplar de cerca a esta momia, al pequeño ratón momificado que la acompaña y a las ruinas de la iglesia que la resguardó por siglos. Un destino que, entre mitos, ciencia e historia, sigue revelando secretos bajo la sombra del Chimborazo.








