El Gobierno instala un destacamento militar permanente y alerta sobre la presencia de grupos armados extranjeros en la zona.
Una ofensiva militar de gran escala se desplegó en la parroquia de Buenos Aires, provincia de Imbabura, donde las Fuerzas Armadas del Ecuador destruyeron varios campamentos dedicados a la minería ilegal en los sectores Mina Vieja, Mina Nueva y El Olivo.
Durante varios días, helicópteros, artillería pesada y fuego de mortero fueron utilizados en una operación que, según el Gobierno, busca recuperar el control total del territorio frente a la expansión de economías criminales.
En el terreno permanecen 300 militares, quienes establecerán un destacamento permanente para evitar el retorno de mineros ilegales y garantizar la presencia del Estado en una zona que, desde hace años, se ha convertido en foco de conflictos, contaminación y violencia.
El comunicado oficial advierte que el ingreso a la zona está prohibido y que cualquier incursión será considerada una amenaza a la seguridad nacional, debido a la presencia de grupos irregulares armados de origen extranjero, presuntamente aliados con organizaciones delictivas locales.
El Ejecutivo insiste en que la minería ilegal no solo destruye el ambiente, sino que también financia redes criminales y pone en riesgo la soberanía nacional.
“El Ecuador cuenta con Fuerzas Armadas fuertes, decididas y al servicio del país. La ley y el orden prevalecerán”, señaló el comunicado.
La ofensiva en Buenos Aires confirma que la minería ilegal dejó de ser un problema ambiental: hoy es una cuestión de seguridad nacional.
— Redacción Periodismo Ecuador








