Mientras el mundo sigue en vilo por las tensiones nucleares entre Rusia y Occidente, los propagandistas del Kremlin no se quedaron atrás y sacaron la artillería pesada… al menos en palabras. Según Evgeny Popov, una figura recurrente en la televisión rusa, países de América Latina, como México, podrían albergar misiles de largo alcance capaces de atacar objetivos en Estados Unidos.
Desde Kyiv, el enfoque ha sido claro: atacar territorio ruso con la ayuda de misiles de largo alcance estadounidenses aprobados recientemente por Washington. Eso sí, con la salvedad de no golpear directamente Moscú ni edificios gubernamentales, porque la Casa Blanca quiere jugar a la guerra, pero con ciertas «reglas».
Putin, por su parte, se puso serio y ajustó su doctrina nuclear, reduciendo el umbral para un ataque atómico. Es decir, ahora cualquier agresión convencional que represente una «amenaza existencial» podría desencadenar una respuesta nuclear. Porque, claro, nada dice «diplomacia» como un posible apocalipsis global.
En un giro retórico dramático, Popov presentó un mapa de «jurisdicciones amigas» de Rusia, con aliados tan inesperados como México, Nicaragua y Serbia. ¿Ya estamos construyendo búnkeres o aún es temprano? La esposa de Popov, Olga Skabeeva, no se quedó atrás y desde el Foro Económico Internacional de San Petersburgo sugirió que Moscú podría responder de forma «asimétrica», lanzando misiles desde países como Venezuela o Corea del Norte. Un cóctel explosivo que combina diplomacia creativa con amenazas de manual.
Mientras tanto, Rusia acusó a Ucrania de lanzar seis misiles ATACMS contra una base militar en Briansk, logrando destruir cinco (según ellos) y dejando uno dañado. Eso sí, los nervios en Moscú no se esconden. Los rumores de un apocalipsis nuclear suenan cada vez más cerca, con Rusia y EE. UU. controlando el 88% de las ojivas nucleares del mundo.
Por ahora, seguimos en el mismo juego de siempre: amenazas de misiles, mapas de amigos y discursos incendiarios. ¿El fin del mundo será televisado? Si Rusia y EE. UU. siguen así, parece que sí.