
En una decisión histórica que marca un precedente para el debate sobre sexo, género y políticas públicas, la Corte Suprema del Reino Unido ha dictaminado que, a efectos legales, la palabra «mujer» se refiere a una persona nacida biológicamente mujer. Esta resolución ha sido recibida como una victoria contundente para los derechos de las mujeres, la libertad de expresión y el sentido común, no solo en el Reino Unido, sino en todo el mundo occidental, donde el debate sobre el sexo biológico y la identidad de género se ha convertido en un campo de batalla cultural.
El fallo que reafirma la realidad biológica
El fallo responde a un caso judicial donde se cuestionaba si leyes destinadas a proteger a las mujeres podían ser reinterpretadas para incluir a personas que se identifican como mujeres, pero que nacieron biológicamente hombres. La Corte Suprema ha sido clara: para efectos de ciertas leyes, la categoría legal de «mujer» está vinculada al sexo biológico, lo cual preserva el objetivo de normativas que buscan proteger a las mujeres en espacios como cárceles, refugios, deportes y servicios médicos.
“Esta decisión no niega los derechos de las personas trans, pero reafirma que la protección legal de las mujeres requiere claridad biológica”, afirmó una de las juezas en su argumentación.
La reacción ciudadana: mujeres celebran el fallo
La sentencia ha provocado una ola de celebraciones entre grupos feministas clásicos, defensoras de los derechos de la mujer y sectores académicos que venían denunciando una erosión del lenguaje y de las políticas públicas por la imposición de conceptos ideológicos sobre género.
En Londres, Edimburgo y Manchester, mujeres se congregaron para celebrar lo que consideran una recuperación de sus derechos básicos, muchos de los cuales, aseguran, se habían visto comprometidos por la confusión normativa impulsada por una visión ideológica del género desligada del cuerpo.
Carteles con frases como “La biología importa”, “Derechos basados en el sexo” y “No se puede borrar a las mujeres” fueron visibles en las manifestaciones. Las redes sociales también estallaron en apoyo, y el hashtag #WomenAreBiologicalWomen se volvió tendencia en el Reino Unido.
¿Hacia dónde va el debate?
Desde Periodismo Ecuador, observamos cómo este fallo podría tener implicaciones más allá de las islas británicas. En América Latina, donde el debate sobre identidad de género aún se encuentra en construcción legal, la sentencia británica marca un precedente sobre la necesidad de claridad jurídica frente al activismo identitario.
Lejos de excluir a ningún grupo, la decisión de la Corte pone en el centro una verdad simple pero poderosa: el reconocimiento de los derechos no puede hacerse a costa de negar la realidad biológica o diluir categorías legales diseñadas para proteger a los más vulnerables.