
Caracas, Venezuela. Un grupo de políticos ecuatorianos, varios de ellos vinculados con movimientos de izquierda y algunos con sentencias ejecutoriadas, asistirá a la posesión del cuestionado mandatario Nicolás Maduro, en un acto que se celebrará en Caracas.
Según una carta de protocolo emitida el 8 de enero de 2025, entre los asistentes destacan el expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana tras haber sido condenado por corrupción; Luisa González, excandidata presidencial del correísmo; Ricardo Patiño, exministro de Relaciones Exteriores; Diego Borja, Aquiles Álvarez, actual alcalde de Guayaquil; y otros políticos afines al socialismo del siglo XXI.
Una delegación sin carácter oficial
A pesar de que la carta menciona la participación de los mencionados políticos, la delegación no tiene carácter oficial ni representa al Gobierno de Ecuador. La presencia de estos actores políticos en la ceremonia de posesión de Nicolás Maduro refleja el respaldo de ciertos sectores de izquierda al régimen venezolano, ampliamente cuestionado por organismos internacionales por su carácter autoritario y las graves violaciones a los derechos humanos.
La polémica figura de Rafael Correa
El expresidente Rafael Correa, quien encabeza esta delegación, es uno de los asistentes más controvertidos. Actualmente reside en Bélgica y enfrenta una sentencia de ocho años de prisión por el caso «Sobornos», además de otros procesos legales en su contra en Ecuador. Su participación en eventos internacionales como este ha generado críticas dentro del país, especialmente por su apoyo abierto a líderes como Maduro.
Reacciones políticas y sociales
La asistencia de estos políticos ecuatorianos a la posesión de Nicolás Maduro ha generado un fuerte rechazo en redes sociales y entre diversos sectores políticos del país. Críticos señalan que este tipo de respaldos evidencian la afinidad ideológica con un régimen señalado por el colapso de la democracia en Venezuela.
Mientras tanto, el evento en Caracas marca un nuevo mandato de Maduro en medio de una crisis humanitaria y el aislamiento internacional, reforzando las divisiones políticas tanto dentro como fuera de Venezuela.
