Este 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una jornada que busca generar conciencia sobre esta enfermedad que afecta cada vez a más personas en el mundo. Según la Federación Internacional de Diabetes, en 2021, alrededor de 537 millones de personas entre 20 y 79 años vivían con esta condición, caracterizada por elevados niveles de azúcar en la sangre y que, sin un tratamiento adecuado, puede llevar a graves complicaciones de salud.
América Latina es una de las regiones más afectadas, con una prevalencia creciente en varios países. Ese mismo año, se estimó que en América del Sur y Centroamérica había 32 millones de personas viviendo con diabetes, una cifra que podría aumentar un 53% para el año 2045.
México destaca como el país de América Latina con la mayor prevalencia de diabetes: en 2021, el 16,9% de su población padecía esta enfermedad, y se proyecta que esta cifra alcance el 18,9% para 2045. Este crecimiento alarmante subraya la necesidad de fortalecer las políticas de salud y educación en el país, con el fin de prevenir nuevos casos y ofrecer un mejor manejo a quienes ya conviven con la diabetes.
Por su parte, Guatemala también muestra un aumento significativo, con una prevalencia del 13,1% en 2021, proyectándose que llegue al 14,7% para 2045. Chile, con un 10,8% en 2021, aumentaría a un 12,6%, mientras que Venezuela y Nicaragua presentan cifras de 9,6% y 9,3% respectivamente, con proyecciones de hasta 12,7% y 10,6% en 2045.
En el otro extremo, Argentina registró la menor prevalencia en la región, con un 5,4% en 2021, y una estimación de que llegará al 6,4% en 2045. Si bien esta cifra es relativamente baja, el aumento gradual refleja la necesidad de implementar medidas preventivas y fomentar un estilo de vida saludable en toda la población.
La diabetes representa un importante desafío para los sistemas de salud en América Latina, no solo por su alta prevalencia, sino también por los costos asociados a su tratamiento y las complicaciones que puede generar, como problemas cardiovasculares, renales, y ceguera. Es fundamental que los gobiernos y las instituciones de salud prioricen estrategias de prevención y promoción de la salud, incentivando el ejercicio, la alimentación balanceada, y la educación sobre el autocontrol de la glucosa en sangre.