De ser la segunda fuerza en la Asamblea a tener un solo legislador, Construye vive su peor momento político. Si no revive en 2027, podría ser eliminado del registro electoral.
El movimiento Construye, que prometía renovar la política ecuatoriana con la bandera de la lucha anticorrupción, hoy está al borde de la desaparición. El mismo Consejo Nacional Electoral (CNE) ya lo tiene bajo observación: si en las elecciones seccionales de 2027 no logra una representación mínima, se apaga la luz y se cierra el telón.
De 29 asambleístas a uno: la caída libre
Hace apenas dos años, Construye irrumpió como una de las sorpresas del tablero político. Con 29 curules en la Asamblea tras las elecciones anticipadas de 2023, superó a pesos pesados como el PSC y ADN, convirtiéndose en la segunda fuerza de minoría.
Pero el entusiasmo duró menos que un discurso de campaña. Las fracturas internas aparecieron rápido: diez asambleístas se apartaron para formar el grupo Gente Buena; otros, como Nataly Morillo, Jorge Chamba o Fernando Jaramillo, cruzaron la calle hacia ADN, el bloque oficialista.
En cuestión de meses, el movimiento perdió representación en el Consejo de Administración Legislativa, cohesión política y —lo más grave— su identidad. Hoy solo Pablo Jurado, legislador por Imbabura, defiende los restos de la sigla.
Sin Villavicencio, sin rumbo
La muerte de Fernando Villavicencio en agosto de 2023 fue un golpe emocional y político del que Construye nunca se recuperó. Su liderazgo articulaba al movimiento, y sin él, la estructura quedó a la deriva.
El exasambleísta Paúl Buestán lo resume sin rodeos:
“Hubo más egos que proyecto. Cada quien jaló para su lado, y eso nos pasó factura”.
El movimiento, que nació como símbolo de renovación, terminó repitiendo los mismos vicios que criticaba: pugnas internas, fugas de militantes y ausencia de una línea ideológica clara.
Un código que no perdona
La reforma al Código de la Democracia, aprobada en julio de 2025, endureció las reglas:
- Los movimientos nacionales deben lograr al menos el 5% de votos válidos en elecciones seccionales o legislativas.
- O tener tres asambleístas, 8% de alcaldías o concejales en el 10% de los cantones.
De no hacerlo, serán eliminados del registro del CNE.
El propio Jurado admite la gravedad:
“Estamos con tarjeta amarilla. Si no levantamos cabeza en 2027, nos borran del mapa político”.
Sin estructura, sin alianzas
La debilidad territorial es otro cáncer. Provincias como Cañar o Loja ya no tienen directivas activas. Según Buestán, “Construye necesita volver a hablar con la gente y dejar de creerse un club de exministros”.
El analista Roger Celi, del Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, lo pone más técnico:
“Ningún movimiento sobrevive sin alianzas. Ni la Revolución Ciudadana lo hace sola. Si Construye insiste en ir por libre, está firmando su defunción política”.
Un reloj que corre en su contra
Mientras Iván Granda y María Paula Romo —sus rostros visibles— guardan silencio, el tiempo avanza. Las bases se diluyen, los exmilitantes buscan otros techos y el país parece haber pasado página.
Si no logra reinventarse, Construye podría sumarse a la lista de partidos que tuvieron su momento de gloria y luego se extinguieron, como el PRIAN, el PRE o el Partido Avanza.






