Cada día sin lluvias acerca a Quito al riesgo de racionamientos de agua potable. Las reservas de los embalses Salve Faccha y La Mica-Quito Sur, principales fuentes de agua de la ciudad, están muy por debajo de lo proyectado, lo que preocupa a las autoridades.
El jefe del Sistema Papallacta Integrado de Epmaps, Andrés Baquero, explicó que la sequía ha impactado las estimaciones de agua. «A esta altura, Salve Faccha debería estar en 3.888 metros sobre el nivel del mar (msnm), pero hoy apenas llega a 3.887 msnm, y el agua baja un centímetro diario». La Mica-Quito Sur enfrenta un desafío similar, con su nivel a solo tres metros de alcanzar el mínimo operativo.
Aunque por ahora la dotación de agua sigue siendo suficiente, Epmaps advierte que si las lluvias no llegan, la situación cambiaría a inicios de 2025, afectando a toda la ciudad. Ya en septiembre, la falta de agua en el río Pita causó cortes en más de 100 barrios, lo que obligó a implementar un monitoreo intensivo de los embalses para tomar decisiones a tiempo.
Ante esta crisis, el alcalde Pabel Muñoz pidió a los quiteños reducir su consumo de agua. “Una ducha no debería durar más de cinco minutos, pues el desperdicio puede llevarnos al racionamiento”, indicó.
En tanto, los cortes eléctricos en barrios altos agravan la situación, ya que estos sectores dependen de sistemas de bombeo. Para mitigar estos efectos, Epmaps recibirá seis generadores móviles a fin de año y planea adquirir 25 más en 2025 para asegurar la continuidad del servicio en las zonas afectadas.
Si las condiciones actuales persisten, Quito podría enfrentar racionamientos en un futuro cercano.