
La visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a Quito dejó compromisos concretos y otros aún en construcción. Entre los primeros, la canciller Gabriela Sommerfeld confirmó que Ecuador aceptó un acuerdo migratorio con Washington para recibir hasta 300 personas deportadas por año.
El convenio, explicó, será “limitado” y bajo condiciones específicas: solo se permitirá el ingreso de personas sin antecedentes delictivos, en buen estado de salud y que no representen un riesgo para la salud pública.
“EE.UU. ha solicitado a Ecuador tener un convenio de tercer país, no como El Salvador, que recibe prisioneros en sus cárceles. En nuestro caso será únicamente con personas refugiadas de ciertos países y de distintas nacionalidades”, detalló Sommerfeld.
Cooperación en seguridad y migración
La visita de Rubio, que se desarrolló el 3 y 4 de septiembre en Carondelet junto al presidente Daniel Noboa, también incluyó anuncios en materia de seguridad:
- La declaratoria de Los Choneros y Los Lobos como organizaciones terroristas extranjeras por parte de EE.UU.
- La asignación de USD 13,5 millones para combatir el narcotráfico y el crimen organizado.
- La entrega de USD 6 millones para drones destinados a la Fuerza Naval.
En cuanto al tema migratorio, Sommerfeld insistió en que el programa de recepción de deportados busca demostrar respaldo a EE.UU., pero con salvaguardas. “Es algo simbólico e importante para nuestros socios, pero siempre protegiendo los intereses del Estado ecuatoriano”, aseguró.
Contexto crítico de violencia
El acuerdo se da en un momento en el que Ecuador vive una crisis de seguridad sin precedentes: más de 5.000 homicidios se han registrado en lo que va de 2025, según el Ministerio del Interior.
Sommerfeld remarcó que el país necesita apoyo internacional, pues considera que la violencia está vinculada a problemas globales como el narcotráfico. “Aquí hay una corresponsabilidad internacional. No somos productores de lo que hoy genera violencia en Ecuador, pero sí estamos pagando las consecuencias”, enfatizó.
Balance
La visita de Rubio dejó compromisos concretos en seguridad y migración, aunque persisten dudas sobre los alcances financieros y los plazos de implementación. Para Ecuador, el reto será convertir estos acuerdos en resultados tangibles en medio de una de las crisis de violencia más graves de su historia.