
La violencia no da tregua a Guayaquil. La Policía Nacional confirmó que ocho personas fueron asesinadas este jueves en distintos sectores del distrito Pascuales, al norte de la ciudad, en una jornada marcada por el terror y la ausencia inicial de información oficial.
Los crímenes ocurrieron entre la mañana y el mediodía en sectores como el kilómetro 10 de la vía a Daule, en la zona conocida como Peca, donde un ataque armado sorprendió a comerciantes y transeúntes. Otro hecho de sangre se reportó en Mucho Lote 1, donde días antes una pareja fue acribillada frente a una escuela.
Durante horas circularon versiones contradictorias sobre la cantidad de víctimas, hasta que la Policía de la Zona 8 confirmó que fueron ocho personas asesinadas en total, en hechos aparentemente coordinados.
Lo alarmante es que estos ataques suceden en plena vigencia del nuevo estado de excepción decretado por el presidente Daniel Noboa, que incluye a Quito y siete provincias, pero no a Guayas. A pesar de los esfuerzos del Ejecutivo por recuperar el control territorial en zonas priorizadas, la ola de violencia continúa esparciéndose con facilidad hacia otras jurisdicciones.
Desde Periodismo Ecuador nos preguntamos: ¿cuál es el alcance real del estado de excepción si las estructuras criminales siguen operando con impunidad incluso fuera de las zonas intervenidas?
La ciudadanía vive en un clima de inseguridad constante, mientras las autoridades apenas logran responder con comunicados posteriores a cada nueva masacre. En Guayaquil, la sensación de normalidad se disuelve al ritmo de las balas.