
Después de tres meses del hallazgo de los cuerpos de Josué, Ismael, Nehemías y Steven en un manglar de Taura, Naranjal, el informe médico forense ha confirmado que los cuatro menores de Las Malvinas fueron ejecutados con disparos en la cabeza.
Según el documento, los disparos fueron realizados de espaldas y a mediana o larga distancia, lo que sugiere que las víctimas estaban arrodilladas al momento de su asesinato.
El abogado del Comité Permanente de Derechos Humanos (CDH), Abraham Aguirre, señaló que uno de los adolescentes presentaba una lesión en la cabeza causada por un golpe contundente, lo que coincide con el testimonio de un testigo que vio a uno de los jóvenes ensangrentado la noche de su desaparición, el 8 de diciembre de 2024.
Los cuatro menores fueron detenidos por militares en Guayaquil antes de desaparecer. Posteriormente, sus cuerpos fueron encontrados calcinados, lo que refuerza la hipótesis de que se intentó eliminar evidencias. El informe también recomienda realizar pruebas toxicológicas para determinar el tipo de combustible utilizado en la quema de los cuerpos.
El caso, en el que están procesados 16 militares por desaparición forzada, avanza a su siguiente etapa judicial con la culminación de la instrucción fiscal este 31 de marzo. Mientras tanto, los abogados de la CDH han enviado la autopsia a peritos internacionales para verificar los resultados y evaluar acciones legales.