El exministro Walter Solís protagoniza un nuevo capítulo en su historial de fugas y acusaciones. Detenido por Interpol en México, pasó rápidamente de estar aprehendido a ser liberado, gracias a su estatus de refugiado otorgado por el gobierno mexicano. Según la Cancillería de ese país, el principio de «no devolución» lo protege, garantizándole residencia segura y libre circulación en territorio azteca.
Mientras tanto, en Ecuador, el exfuncionario sigue acumulando sentencias. Desde su participación en el caso Sobornos, hasta su supuesta implicación en el desvío de fondos para la reconstrucción de Manabí, los números hablan: ocho años de cárcel por un lado, otros tantos en diferentes procesos, y un Estado ecuatoriano que solo puede observar cómo la justicia internacional se les escapa.
En redes sociales, su antiguo jefe, Rafael Correa, tildó el proceso de persecución política. Pero para muchos, es simplemente la crónica de una impunidad anunciada.
¿Será este el fin del capítulo o solo un breve intermedio para Solís? Lo cierto es que, mientras Ecuador clama justicia, México le abre las puertas. 🌎